Frívolo, como un guante
Como el deseo de no estar
Después de tanto pedir estar
Como las alcantarillas límpidas
Como las ratas desaparecidas
Enredado en tus pies niveos
Contigo viendo las sombras
Y tu tez marcada y quieta
Con un augurio estancado
Allí, donde vuelve mi niñez
No eres recelosa
No estás preocupada, ni ensordecida
Pero dices tan bien la hora
¿Tan bendita es? rebasa
Nuestras palomas al pie de la cama
Quiero una palabra cálida
No ensayada, ni rematada
Una sonrisa loable, de los días
Entrometidos en mis pausas
De la pueril labor, abigarrada
Abigarrada por las intenciones
De coté, por los nudos
Que degradan el fluir
Dejado a cuentagotas
Como si fueses muerta
Si mi impulso me lo permite,
Adentraré, tendré que socavar
Las rabias del designio
Que me dejan
Pendiendo de un hilo
Me darán explicaciones estas pausas
Estos idilios lascivos
Estos retornos herejes
Y estas taimadas redecillas
De tus cabellos
Una explicación te pido
Una muestra de intención
Generosa,
Un remanso consolador
Con voces de causa
Te suplico un gesto,
Una caricia uniforme,
Que no tire tu desdén
Desde las alturas
De tu balcón, reina
Quiero que las palabras
Caigan solas de tu alma,
Como dejándote llevar,
Y tú tan sólo me dices
"Soy tu espejo"